Hace 30 años hubo un "Verano Azul"

Y es que aunque parezca mentira sí han pasado ya treinta años desde que comenzó la asepiada, lo digo por el color sepia-rosado que llegó a coger después de emitirla durante tantos años seguidos, y ahora ya remasterizada y coloreada serie pero a la vez tan recordada por grandes y pequeños. 

Un 11 de octubre de 1981 comenzaba en Televisión Española, no había otra en ese momento, una serie muy vacacional y veraniega. Sí, un 11 de octubre, cuando todos los niños ya se encontraban inmersos en los estudios y en el comienzo del otoño y las vacaciones ya comenzaban a ser algo del pasado.

La serie dirigida por Antonio Mercero fue algo totalmente diferente para los tiempos en los que vivíamos. Se relacionaban por todo el pueblo padres, hijos y abuelos; los niños eran niños y hacían cosas de niños. No habían ordenadores y si los habían estaban muy bien escondidos, no había internet ni consolas portátiles ni de última generación. Los niños jugaban en la calle, en la playa, iban con sus bicicletas recorriendo cada una de las calles del pueblo. 

Para los que no lo recuerden se rodó íntegramente en calles y parajes de Nerja y aun hoy se recuerda como algo extraordinariamente bonito en donde se rodaron, entre 1979 y 1980, 19 capítulos de 1 hora de duración cada uno y que llegó a nuestras pantallas tal día como hoy de hace 30 años. 

Tito (Miguel Joven) y Piraña (Miguel Angel Valero), Javi (Juan José Artero) y Pancho (José Luis Fernández), Desi (Cristina Torres) y Bea (Pilar Torres), Quique (Gerardo Garrido), Julia (Maria  Garralón); y el tan querido y adorado Chanquete (Antonio Ferrandis). Todos ellos, junto con el resto de personajes fijos e itinerantes, eran un cóctel explosivo que hizo y hace que la serie sea una de las más queridas y recordadas en una adolescente España que acababa de llegar a la década de los 80.

Todos tenemos en mente la sintonía de cabecera. Comenzaba como si de una serie de miedo se tratrara y en el momento que se escuchaban los silbidos íbamos corriendo a sentarnos delante de la televisión y no se nos movía de ahí hasta acabado el episodio.

Los niños crecimos con los bocatas y demás alimentos engullidos por la gula de Piraña en cada episodio y que nos hizo engordar sin necesidad de comerlos directamente. Crecimos con los "pandilleros" Javi y Pancho y sus travesuras de adolescentes. Estuvimos con la inocencia de Desi y su paso de "niña a mujer" cuando tuvo su primera menstruación; sí no es una cosa agradable de recordar pero muchos niños nos quedamos preguntando qué era eso que le ocurría a las chicas. Acompañamos a la "conquistadora" Bea que con esas miraditas de adolescente intentaba "seducir" en cada capítulo. Con Tito estuvimos en todas las travesuras infantiles y "ceceamos" cada vez que hablaba. Con Quique tuvimos todos carita de no haber roto un plato en la vida pero que era igual de tremendo que todos los demás. Cantamos y pintamos un montón de cuadros y canciones con Julia, cada vez que cogía la guitarra era como si fuéramos a cantar un himno. Y vivimos en un barco con el queridísimo y tierno Chanquete desde donde teníamos las mejores vistas posibles de esos parajes malagueños y escuchábamos su risa tan característica, siempre con su gorra de capitán y que durante todo ese tiempo fue "nuestro" abuelo en las tardes de otoño.

¿Quién no recuerda haber cantado, alguna vez, el "del barco de Chanquete no nos moverán" cuando querían echar a Chanquete de su "Dorada" querida? ¿Quién no ha imitado alguna vez a la pandilla con el "a lo mejor" y que tantos disgustos trajo a los padres y tantas risas provocaba a Chanquete? ¿Y quién no recuerda con tanto dolor y afecto la muerte de Chanquete con ese "Algo se muere en el alma" de Amigos de Gines y que aun hoy se nos hace un nudo en la garganta cuando la escuchamos? ¿Quién no ha cantado y llorando también con "El final del verano" del Dúo Dinámico que fue el final de la serie y la vuelta a la realidad de todas las tardes?


Han pasado ya 30 años. Muchos de los que vimos la serie nos hemos convertido de los niños que estaban delante de la televisión merendando nuestros bocadillos de "Nocilla" a los adultos que, algunos, somos hoy en día. Cada uno con sus más y sus menos, con los problemas de aquel tiempo actualizados al siglo XXI. Algunos con hijos que habrán visto o les habrán explicado en algún momento que en la vida de sus padres hubo un "Verano Azul".