La gran fiesta del cine español desplegó, de nuevo, su alfombra roja para dar paso a una ceremonia que no se recordará como la mejor realizada salvo en algún momento en que lo realmente reivindicativo resultó lo más gracioso de todo el espectáculo y lo que tenía que resultar gracioso acabó no siéndolo tanto.
lunes, 20 de febrero de 2012
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