Madonna ha ofrecido su primer concierto de la gira "MDNA" en Tel Aviv, Israel convirtiendo su espectáculo musical, en un mensaje de paz para Oriente Medio. A pesar de subir al escenario a hombres armados y manchados de sangre.
Angel o demonio, chica buena o chica mala, rezando o con el mazo dando; así ha sido Madonna en su primer concierto en tierras de Israel. Un concierto Ying y Yang en el que ha dado todo de sí misma para enseñar al mundo que aún tiene mucha energía que dar y ofrecer encima de los escenarios de todo el mundo.
La cantante norteamericana Madonna Louise Veronica Ciccone se la ha calificado como un terremoto de clase 9 en la escala musical al ver que a sus 54 años de edad, no se sabe si a ella le gusta que digan su edad, ha provocado un fuerte temblor encima del escenario, comenzando con un "Ok, Tel Aviv ¿estáis preparados?" a un abarrotado estadio de Ramat Gan y ofreciendo todo un espectáculo de luz, color y efectos especiales de dos horas ininterrumpidas de ritmo frenético; además de enseñar los diferentes modelos que, exclusivamente, el modisto francés Jean Paul Gaultier, Jeremy Scott y, por supuesto, su marca de ropa, Truth or Dare, diseñaron para este gran evento y en el que se cambió hasta 7 veces de ropa para emular a Juana de Arco o
disfrazarse de majorette.
El espectáculo, en el que hizo una largo discurso en favor de la paz en Oriente Medio, comenzó con un gran incensario balanceándose por el escenario y movido por bailarines vestidos de monjes mientras sonaban rezos en hebreo ante una gran cruz, haciendo recordar su canción y su videoclip tan polémico "Like a virgin" que, también, fue interpretado en el concierto con aire fúnebre y acompañamiento de violín.
De esta manera comenzaba un derroche de energía en el que dos ideas, lo profano y lo divino, y dos religiones, judaísmo y cristianismo, se mezclaban y entrelazaban constantemente en una mezcla de cine, música y coreografía.
No faltaron las canciones de su nuevo disco "MDNA" junto con sus grandes éxitos. Del primer tema "Girl Gone Wild" hasta el "Celebration" de clausura.
Pero las sorpresas no acababan en el gran concierto que dio, no. A los 45 minutos de comenzar el concierto llegó el momento del euskera. La cantante presentó al trio vascofrancés Kalakan, de quien había quedado prendada cuando realizó en una visita al norte de los Pirineos, que acompañó el ritmo de "Open your heart" y la enlazó con su tema en euskera "Sagarra Jo". Los 33.000 espectadores asombrados, escucharon por primera vez el euskera.
En ese momento se detuvo todo el concierto para dar paso a un discurso en favor de la paz. Madonna, haciendo de embajadora de buena voluntad entre todos los países y más concretamente en Oriente Medio, dijo: ""Elegí empezar mi gira mundial en Israel por una razón muy especial y específica. Todos los conflictos que ha habido desde hace miles de años en Oriente Medio tienen que acabar (...). Todos somos seres humanos, seamos judíos, cristianos, musulmanes, budistas, ateos, homosexuales, heterosexuales... Todos queremos amar y ser amados".
Y continuó diciendo: "Es fácil decir "quiero la paz en el mundo", pero otra cosa es hacerlo. Si logramos pasar por encima de nuestros países y nuestras religiones y tratar a todos los seres humanos a nuestro alrededor con dignidad y respeto, estaremos en el camino de la paz. Empezad hoy, todos y cada uno de vosotros, vosotros sois el futuro. Y si hay paz en Oriente Medio puede haberla en todo el mundo. Por favor, recordadlo".
Pero no todo fue santidad y buenas maneras en el concierto, por supuesto que no. Madonna, una vez más, arremetió contra su "archienemiga" Lady Gaga hasta tal punto que en alguna de sus canciones incluia alguna frase de las canciones de Mother Monster.
Madonna aprovechó para meterse con la cantante neoyorquina . En alusiones a las numerosas comparaciones entre una y otra, al grito de "¡Yo no soy ella!" cantó Madonna al final del tema "Express Yourself", que ha modificado, expresamente, para incluir una muestra de la reciente canción de Lady Gaga "Born This Way". De esta manera quiere que haya paz entre la gente de Oriente Medio pero ella sigue su guerra particular contra Lady Gaga.
Aunque también hay alguna que otra crítica para Madonna por la que, una vez más, se comenta que este concierto, como tantos otros, no es ella la que canta sinó un play-back realizado y estudiado hasta el último segundo para que no se note nada encima del escenario. Aun así, Madonna, a sus 54 años sigue estando en plena forma y se sigue moviendo por el escenario como si fuera una adolescente en su fiesta de cumpleaños.
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