Este blog se une al dolor de los familiares y amigos de las víctimas del accidente de tren ocurrido la tarde-noche del miércoles 24 de julio, a las 20:41 horas, en la parroquia de Angrois, una población muy cercana a Santiago de Compostela, en el tren que hacía el trayecto Madrid-Ferrol.
Han pasado 24 horas del accidente de tren ocurrido muy cerca de Santiago de Compostela, en el que han fallecido 80 personas y han habido más de 100 heridos. Un día que ha sido aún más duro que el momento en el que ha ocurrido el siniestro. Un día en el que se han visto cientos de imágenes, a cual más dantesca. 24 horas en el que las cifras de fallecidos se han convertido en caras, en nombres y apellidos y en historias individuales, cada una con una ilusión y un sueño a cumplir.
Dificil poder decir una palabra. Galicia y España lloran la muerte de estas personas. Solo recordar a las víctimas que en un día de fiesta iban a celebrar el día grande de Galicia, 25 de julio, día del Apostol Santiago. No ha podido ser. Los deseos se han visto arrancados de cuajo por la muerte en las vías del tren. Una injusticia más de la vida, algo incomprensible del que se tardará en recuperar. Algunos más que otros. Mientrás los suspiros, el silencio, las lágrimas y la impotencia de lo sucedido ha dado paso al enorme dolor que ha llegado a los corazones de todos los gallegos, españoles y gente de todo el mundo que ha demostrado su solidaridad, su cariño y su afecto con el pueblo gallego.
Una solidaridad que se ha visto desbordada por los mismos gallegos. Ofreciendo la ayuda desinteresada de toda la gente, a la que también se merece hacer un homenaje, que ha dejado sus vacaciones a un lado, que estaba desempleado, que trabajaba en otra ciudad y que ha querido dar su granito de arena a la montaña de la solidaridad. Bomberos, polícias, guardia civil, personal sanitario, ambulancias, personal judicial y decenas de vecinos que han brindado su ayuda en el primer momento del accidente.
Tampoco nos olvidemos de los heridos que ya de por vida les quedará grabado en la mente, a fuego, todo lo ocurrido en solo 11 segundos. Tiempo que se ha convertido en el preámbulo del comienzo de una noche interminable, donde cada segundo ha sido extremadamente importante para cada uno de ellos, donde la respiración ha faltado y el corazón se ha encogido, y aún se encoge, con cada mala noticia que se ha ido publicando a lo largo de estas casi eternas 24 horas.
Descansen en paz.
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