Si creíamos que lo habíamos visto todo en televisión: reality-show, concursos para encontrar alguien que cante bien, que imite o que actúe fenomenal, cámaras ocultas en la que muera de miedo la persona afectada; ahora se le da otra vuelta de tuerca a lo inimaginable, o no, en televisión: entrevistar a un condenado a muerte antes de su ejecución.